El nuevo lenguaje de los gobernantes
* Preparan la suma del PRD al PAN en BCS
* Sólo falta la venia del gobernador Agúndez
* El trueque de estados, mensaje a Peña Nieto
El acuerdo base está listo: Baja California Sur será para el PAN.
Ese es el fruto de las alianzas, el reparto de poder.
Guerrero para ti, Baja California Sur para mí, y ahí la llevamos.
Usted tuvo aquí la primicia -11 de enero pasado- de la declinación del desconocido Marcos Parra, cuya mayor virtud ha sido su sometimiento a los dictados del gobierno y el panismo, a la gobernabilidad guerrerense.
Hoy tiene otra:
Va muy avanzada la estrategia para anunciar la semana próxima, también a días de las votaciones, el retiro del perredista Luis Armando Díaz a favor del panista Marcos Covarrubias en tierras sudcalifornianas.
El motor de este truque azul-amarillo es el mismo: frenar al PRI por doquier, en unos lados para detener su prolongación en el poder y en otros para truncar su regreso.
En Guerrero estaba prevista la estrategia, pero al final se vio forzada por la caída de Angel Aguirre tras difundirse sus vergonzosos acuerdos con la senadora Claudia Corichi García, quien le manda recursos a granel -¿cuánto necesitas?, le pregunta- y locos zacatecanos a cambio de dinero del erario cuando ella sea candidata a gobernadora.
Si Aguirre seguía en picada, el priísta Manuel Añorve acariciaría la victoria.
TEMORES A RICARDO BARROSO
En Baja California Sur el blanco es Ricardo Barroso.
El priísta ha repuntado en las semanas recientes y amenaza la delantera del panista Marcos Covarrubias.
Ese crecimiento tiene asustados a Felipe Calderón, Gustavo Madero, Marcelo Ebrard, Jesús Ortega y muchos más.
Ya encontraron cómo frenarlo, pero hay un obstáculo.
El gobernador Narciso Agúndez quiere dejar el erario y su prestigio en manos de su delfín Luis Armando Díaz, por cuya postulación emigró Marcos Covarrubias al PAN.
Hoy está adelante, pero por muy poco ante Barroso.
La adhesión de Díaz sería definitiva para acabar con el PRI y su joven abanderado, quien ha recibido refuerzos con incorporaciones de perredistas, panistas, petistas y convergentes inconformes, y ayer y hoy tiene a priístas connotados como la bancada senatorial de Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa, dirigente del sector popular.
Todavía antenoche se pensaba en otro escenario, la declinación del panista Covarrubias, pero él se fue por estar en desacuerdo con la candidatura perredista de Díaz y los números le favorecen.
Pero si eso es poco, hay otro argumento de peso: desde Los Pinos y desde el PAN amenazaron con no retirar a Marcos Parra en Guerrero si el PRD no se comprometía a tumbar a Díaz.
Y ya se sabe: Jesús Ortega jamás contravendrá las órdenes presidenciales, pues resulta más obsecuente con Calderón que Germán Martínez, César Nava y Gustavo Madero juntos.
EDOMEX, NAYARIT Y COAHUILA
Este reparto de estados es ensayo de la principal guerra electoral de 2011, el estado de México.
El mensaje va al Palacio de Gobierno de Toluca y en especial a Enrique Peña Nieto.
Aquí le hemos adelantado: la estrategia es lanzar candidatos perredista y panista para, en víspera electoral, apear al más rezagado.
El primer experimento falló en 2010, cuando en Tlaxcala la perredista Minerva Hernández se sumó a la panista Adriana Avila.
Sin embargo, desde Presidencia hasta las oficinas del PRD y del PAN observan con fruición las encuestas y las tendencias electorales y ya están listos para celebrar la victoria.
Guerrero el domingo 30 de enero.
Baja California Sur el 6 de febrero.
El PRI arrancará el año con dos derrotas donde tenia posibilidades de triunfo.
El mensaje rebumbará en Toluca, Tepic y quién sabe si en Saltillo.