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(Declaración del Relator Especial sobre los derechos humanos de los migrantes, Jorge Bustamante, y del Presidente del Comité de la ONU para los Trabajadores Migratorios, Abdelhamid El Jamri, con motivo del Día Internacional de los Migrantes, 18 de diciembre de 2010)
Ginebra- Hoy celebramos el 20° aniversario de la Convención internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares*, un día clave marcado por tendencias preocupantes respecto de la situación de los migrantes -tanto aquellos en situación regular como irregular- en el mundo.
Lo que debería ser una oportunidad para celebrar la adaptación exitosa de infinidad de migrantes a su nuevo entorno, enriqueciendo sus nuevas sociedades con sus culturas, ideas, tecnologías, habilidades, o la diversidad que traen consigo, se ha vuelto en realidad una advertencia para renovar nuestros esfuerzos para enfrentar de manera efectiva los desafíos sociales y prácticos que enfrenta la migración.
Este año observamos con preocupación la tendencia creciente a criminalizar la migración en situación irregular. Esta criminalización provoca que los migrantes en situación irregular enfrenten discriminación, exclusión, explotación y abusos en todas las etapas del proceso de migración.
Estamos particularmente preocupados ante el incremento de la intolerancia, la xenofobia y el racismo contra los migrantes y sus comunidades, el cual se ha manifestado en algunas ocasiones en actos de extrema violencia contra migrantes en tránsito y quienes se encuentran en países de destino. Los migrantes pueden ser fácilmente presas de traficantes y de tratantes de personas. Su situación irregular hace que esos hombres, mujeres y niños tengan miedo o no puedan buscar protección y apoyo de las autoridades competentes.
Deploramos el progreso insuficiente que se ha hecho para integrar plenamente los derechos humanos en la gobernancia de la migración y deseamos recordar a todos las personas involucradas que la migración es un componente del desarrollo y de la prosperidad de los países de destino, tránsito y origen en todas las regiones del mundo.
Deseamos recordar con respeto a todos los migrantes que han fallecido en el mar tratando de alcanzar destinos remotos pese a los peligros inherentes de tales travesías.
Una vez más, recordamos la importancia de la Convención internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares, principal instrumento internacional completo enfocado a la protección de los derechos de los trabajadores migratorios y al vínculo entre migración y derechos humanos. La Convención aporta una guía muy útil a los Estados para asegurar que la migración se lleve a cabo en condiciones humanas y equitativas y con el debido respecto a los derechos humanos de los trabajadores migratorios y de sus familiares.
Para terminar, con la finalidad de continuar construyendo el camino hacia el respeto de los derechos de los trabajadores migratorios, reiteremos nuestro llamado o todos los Estados que aún no lo han hecho para que accedan o ratifiquen la Convención y de esta manera tomen la oportunidad que se les ofrece para llevar a cabo una etapa importante tendiente a garantizar los derechos humanos de cada persona, incluidos los de aquellos millones de mujeres, hombres y niños que han abandonado su hogar en busca de una vida mejor.
Para aquellos Estados que ya son parte de la Convención, los exhortamos a hacer realidad los derechos garantizados en ella a través de medidas concertadas. La sociedad civil, las organizaciones internacionales, y todas las partes involucradas de manera individual o colectiva- están también invitados a hacer que los derechos garantizados en la Convención se vuelvan una realidad.
(*) Convención internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares
FIN