Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
* Calderón pidió retirar queja contra Gil
* Judith pidió llevar ella la impugnación
* PRI: la sombra de la historia y Gamboa
Todavía no salía la convocatoria para renovar dirigente cuando varios panistas mayores fueron convocados.
En un hotel ubicado frente a la Terminal 1 del Aeropuerto capitalino, apareció Jorge Manzanera para hablar con ellos.
-Tengo 150 votos en el Consejo Nacional y para ganar se necesitan 190. Yo les puedo dar el triunfo.
-¿A cambio de qué?
-La Secretaría General del PAN, finanzas y candidaturas plurinominales en 2012 para mi gente
Dinero y cargos, narran testigos.
Gustavo Madero y Guillermo Anaya, conocido como el primer compadre de la nación por su cercanía con Felipe Calderón, se quedaron estupefactos.
Madero rechazó -o eso dice- el ofrecimiento.
Después Manzanera y su gente -Germán Martínez, Patricia Flores, Fernando Larrazábal, Hebert Taylor, Alejandro Villalobos y otros- buscaron a los demás aspirantes.
Ni Francisco Ramírez Acuña ni Judith Díaz y menos Cecilia Romero aceptaron.
PINOCHO, EL MENSAJERO DE LOS PINOS
Todos aquéllos aparecieron después atrás de la candidatura de Roberto Gil Zuarth.
Ya tienen el aval del Tribunal de María del Carmen Alanís.
Una aberración, dicen, porque se necesitan cinco años de militancia para ser consejero nacional del PAN y el presidente de los cuatro órganos -el partido, la Asamblea, el Consejo y el Comité Ejecutivo- no necesita esa antigüedad.
Con dos años y medio.
En cuanto se registró Gil Zuarth, sus cuatro contendientes cruzaron llamadas.
-No puede ser -coincidieron-; hay que impugnarlo.
-Déjenmlo a mí, para qué iniciamos cuatro procesos -pidió Judith Díaz.
Lo hizo.
-¿Y si pierden? -les pregunté.
-No importa. Ya permeó la certidumbre de que podemos tener un dirigente sin militancia.
Lucha meritoria porque Judith Díaz se sostuvo pese a presiones.
Le digo una: la buscó César Nava, El Pinocho de Felipe Calderón en el PAN para, en nombre del presidente, pedir su desistimiento.
-El presidente dice que esto da mala imagen al partido -le argumentó
-No -rechazó Judith.
El Tribunal Electoral, presidido por una amiga de Los Pinos, jugó esta vez con Los Pinos.
LA MAESTRA, MADRAZO, BELTRONES
Emilio Gamboa Patrón no lo dice cuando convoca a la unidad del PRI, pero seguramente lo recuerda.
La división de la derrota en 2006 comenzó tres años atrás, en 2003.
En agosto de ese año, como primera mayoría, los diputados electos priístas eligieron líder entre dos candidatos, Elba Esther Gordillo y Manlio Fabio Beltrones.
La primera tuvo mayoría en la primera votación, mas no los dos tercios estipulados.
Beltrones declinó para no ir a segunda vuelta con un argumento irrebatible:
-En las democracias mandan las mayorías y yo no tengo la mayoría.
No la tuvo entonces, pero en diciembre de aquel año vino la defenestración de Elba Esther y el ascenso de Emilio Chuayffet.
-Madrazo me traicionó -me dijo La Maestra-; desde un principio quedamos que yo sería la coordinadora y al final impulsó a Manlio. No se vale.
En 2006 la misma Maestra hizo una campaña demoledora contra Madrazo y ocasionó la caída del PRI al lugar del PRI.
Hoy la amenaza de división está otra vez en la Cámara de Diputados y la encabeza el cenecista Cruz López, quien llama a sublevarse contra el coordinador Francisco Rojas.
Seguramente todo esto pasa por la mente de Gamboa cuando subraya:
Nada ni nadie tiene derecho a dividir al PRI. De lo contrario, estaremos haciendo el juego a nuestros adversarios políticos y lesionando la esperanza de la militancia.
La historia es infalible.