Visita sorpresa Sheinbaum en elección de dirigencia de Morena Michoacán
El jaloneo de partidos por las tres plazas del IFE
* El PRI defiende a Arely Gómez y Enrique Ochoa
* Cambios en la política migratoria y para el INM
El interés de los partidos en la sucesión en el Instituto Federal Electoral (IFE) se mide por sus representantes.
Por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) encabeza las negociaciones al interior de la Cámara de Diputados su dirigente Beatriz Paredes, respaldada por los vicecoordinadores José Ramón Martel, César Augusto Santiago y Sebastián Lerdo de Tejada.
El Partido de la Revolución Democrática (PRD) está representado por Guadalupe Acosta Naranjo, cuya capacidad de diálogo y convencimiento supera con mucho a la de su coordinador Alejandro Encinas.
Y por Acción Nacional (PAN) ha asumido la representación el presidente de la Comisión de Gobernación, Javier Corral y no aparecen ni el dirigente César Nava ni la coordinadora Josefina Vázquez Mota.
En esas condiciones, parece natural la ventaja priísta para ser mano en la designación de candidatos a consejeros del IFE, pero hay una sorpresa: ayer colocaron en primer lugar a Enrique Ochoa Reza y relegaron a segundo a Arely Gómez.
El Grupo Parlamentario del PRI, coordinado por Francisco Rojas, tratará de sellar este miércoles casi de madrugada la fórmula Ochoa-Gómez, para dejar sólo una carta libre a las demás fracciones.
Y ésta, obvio, deberán consensuarla panistas y perredistas.
FOLKLORICO JUEGO DE NOMBRES
¿Cómo llegan los demás prospectos?
Ayer Javier Corral intentó impulsar algunas candidaturas y pidió a los prospectos hacer lobby con las demás grupos parlamentarios, en especial el PRI.
¿A quiénes quieren Corral y el PAN?
Hasta ayer encabezaba sus preferencias David Gómez, a quien impulsan Francisco Ramírez Acuña y algunos navistas.
Le sigue Jacinto Gómez, no bien visto por muchos dadas sus ligas con El Yunque y el propio César Nava.
En tercer lugar está Leticia Santín y en último, sorpréndase usted, un cuadro ligado al perredismo: Ciro Murayama.
Si panistas y perredistas tuvieran capacidad de convencimiento ante los priístas -y estos no pudieran colocar a sus dos mujeres reserva la magistrada Cecilia Tapia y Adriana Favela, ex secretaria de María del Carmen Alanís- podría darse una jugada de última hora:
Bajarían a Arely Gómez en aras de designar a Leticia Santín como cuota de género y a Ciro Murallaza -no bien visto por todos- en compensación a la eliminación de Emilio Alvarez Icaza, bajado a petición expresa del clero católico por sus tendencias izquierdistas y en especial pro abortistas.
¿Por qué bajar a Arely Gómez?
Porque, aunque favorita de Beatriz Paredes, la cuestionan bancadas tricolores -Veracruz, Oaxaca, Puebla-, donde reinan operadores políticos de un priísta muuuy importante.
De cualquier forma, esa danza de nombres está viva para sustituir a Arturo Sánchez, Virgilio Andrade y Marco Antonio Gómez.
A REVISION LA POLITICA MIGRATORIA
La política poblacional ya no irá por los mismos rieles.
Aquella idea de dar autonomía al Instituto Nacional de Migración (INM) ha perdido fuerza en la Secretaría de Gobernación (Segob) con Francisco Blake Mora.
Este quiere mayor control y los cambios legales en puerta reafirmarán su dependencia del gobierno.
Eso lo concentraría en puntos de revisión y estaciones migratorias y le restaría suficiencia económica, administrativa, política y, sobre todo, la posibilidad de actuar en espacios públicos como calles, carreteras, vías de ferrocarril.
Aspecto importante, pues ayer el INM informó de la detención de más de 56 migrantes entre enero y septiembre.
La facultad de vigilancia en espacios públicos se transmitiría a otros organismos de seguridad -Policía Federal, PGR- con una comisión intersecretarial supervisora.
De dar el paso legal pendiente, ya no podrán culpar a un comisionado por evasión de migrantes o ejecuciones masivas como la habida en San Fernando, Tamaulipas.
Por ello se fue Cecilia Romero, hoy aspirante a presidir el PAN.
Y, en estricto sentido, su sucesor Salvador Beltrán del Río puede estar más tranquilo.