Edwin González
-Vamos al Oxxo-
-Sí, todos al Oxxo-
-Mejor quememos el palacio-
-No, el Oxxo, ahí está mejor-
Las tiendas de conveniencia no habían sido saqueadas de esa forma en San Cristóbal de las Casas, Ayotzinapa se volvió un grito ahogado, la intensión era conseguir el alcohol, las papas fritas, las galletas y cualquier producto gratis, por ello, el Oxxo es mejor que el Palacio Municipal, ahí no hay cervezas.
Los normalistas no fueron, fueron personas que entendieron la protesta social como una oportunidad para poder tomar artículos en las tiendas y conseguir de manera gratuita una borrachera, a partir del segundo saqueo ya se observan personas con una influencia de alcohol fuerte.
Había quienes aventaban las botellas de vidrio vacías hacia la comunidad, otros quienes lanzaban bolsas vacías, no sólo eran ya el grupo de choque sino además era la sociedad en general, cuando se abrieron las puertas, todos, de todas las edad, turistas nacionales o extranjeros aprovecharon para tomar algo de las tiendas.
-Toma, llévate este kilo de arroz-
-¡Quién quiere ésta etiqueta negra¡-
Afuera, quienes miraban, alzaban las manos para alcanzar los productos que otros aventaban, mientras habían quienes se atrevían a entrar a los establecimientos y salir con lo que les interesaba, jóvenes con botellas de alcohol, niños con los juguetes, señoras con jabón en polvo, el interés personal era lo que reinaba.
Ninguna consigna, ninguna protesta, olvidaron en ese momento a los 43 jóvenes de la normal “Raúl Isidro Burgos”, sólo se repetía la misma razón: “Vamos a otro Oxxo”. Cuando proponían los mismos actos en el palacio o en las oficinas de gobierno, nadie apoya.
San Cristóbal es un lugar multicultura, ojos verdes de lengua extranjera miraban através de sus cámaras fotográficas antañas como la moda hípster manda, otros, con cámaras más especializadas aprovechaban para captar su experiencia en un país con problemas sociales.